Mientras la relojería suiza celebraba sus tradiciones centenarias, Citizen desarrollaba en secreto una tecnología espacial que revolucionaría nuestra percepción del lujo relojero. Estos relojes olvidados de los años 90, hoy accesibles por menos de 1.500 €, representan una de las últimas oportunidades de arbitraje sin explotar del mercado vintage.
Un Rolex Submariner pesa 155 gramos. Un Omega Speedmaster, 140 gramos. ¿Los Citizen de los que voy a hablar? Apenas 62 gramos. Y sin embargo, son cinco veces más resistentes a los arañazos que el acero de las manufacturas suizas.
¿Cómo es posible?
En los laboratorios de Citizen, ya en 1990, un equipo de ingenieros perfeccionaba una tecnología de carbonitruración iónica directamente derivada del programa espacial japonés. El resultado: un titanio endurecido a **1.200 HV**, mientras que el acero 316L se estanca a duras penas en 250 HV. Los pilotos de Japan Airlines fueron los primeros en comprenderlo. Luego, los ingenieros de Sony. Hoy, mientras Tudor vende su Pelagos 39 de titanio por más de 4.000 € y el marketing de Apple nos ensalza las virtudes de este metal “revolucionario”, estos pioneros japoneses siguen extrañamente infravalorados.
¿Lo más fascinante? Su trayectoria de precios sigue una curva exponencial discreta pero implacable. Lo que se vendía por 600 € en 2014, hoy supera la barrera de los 1.300 €. Los coleccionistas avispados ya se han dado cuenta. Los demás descubrirán pronto lo que realmente significa el término “Super Titanium”.

#titaniumtuesday inunda hoy las redes de los coleccionistas y gigantes como Apple (Watch Ultra) o Tudor (Pelagos 39) han vuelto a poner el titanio en el centro del juego relojero. Sin embargo, un capítulo fascinante de la historia de este material sigue siendo desconocido. Lejos de los focos actuales, los años 90 no solo fueron la década del cuarzo triunfante, sino también el escenario de una revolución silenciosa liderada por Citizen. La marca japonesa no se conformó con usar el titanio; lo reinventó. Este artículo propone redescubrir cinco leyendas ultraligeras de esa época: relojes dotados de una tecnología de vanguardia, históricamente significativos y, sobre todo, actualmente infravalorados en el mercado. Estas referencias, accesibles hoy por menos de 1.500 €, representan activos de colección cuya trayectoria de valor está a punto de experimentar una corrección. Aquí está nuestra guía analítica y de inversión para estos futuros clásicos.
Sommaire
1. Contexto histórico: la génesis del Super Titanium

Citizen tiene una larga historia con el titanio. Ya en 1970, lanzó el X-8 Chronometer, el primer reloj de titanio puro del mundo. Este material ligero (40% más ligero que el acero) y anticorrosión planteaba, sin embargo, desafíos: se raya fácilmente debido a su blandura (unos 200 HV). A lo largo de los años 70 y 80, Citizen experimentó con tratamientos de superficie endurecedores. En 1978, la tecnología Mirador depositaba por ionización una fina capa de nitruro de titanio sobre acero pulido: la caja ganaba una dureza de ~700-800 HV y un tono dorado inalterable. Siguieron otros procesos: Hardamite (el primer Citizen negro, con caja de aluminio endurecido) desde 1970, y luego aleaciones ultra duras como UHS, SHA y UHAG que alcanzaban los 1200-1500 HV. Así, mucho antes de los años 90, Citizen ya dominaba el arte de recubrir o alear metales para hacerlos más resistentes a los arañazos.

Fue en 1987 cuando Citizen presentó la línea Attesa, un escaparate de su saber hacer en titanio. Dos modelos inaugurales (ATD53-1046 y 1056) lucían un revestimiento multicapa transparente (vidrio templado) sobre una caja de titanio para prevenir arañazos y huellas dactilares, una solución ingeniosa mientras se esperaba algo mejor. Ese mismo año, en Baselworld, Citizen presentó un recubrimiento DLC (Diamond Like Carbon) sobre acero: un carbono amorfo muy duro (~1500 HV) que abría el camino a los revestimientos negros antirrayas. La mesa estaba servida para el siguiente paso.
1990: nacimiento del Super Titanium. Citizen introdujo entonces un tratamiento de carbonitruración iónica sobre titanio puro, más tarde bautizado como Duratect TiC. ¿El objetivo? Transformar la superficie del metal en una aleación de titanio-carbono ultradensa (carburo de titanio), alcanzando ~1200 HV. Este titanio “súper” endurecido conserva la ligereza y la resistencia interna a la corrosión del titanio, a la vez que se dota de un caparazón cinco veces más duro que el acero (el acero 316L se estanca en ~200-250 HV). Así nació el Super Titanium™, culminación de veinte años de I+D interno. Citizen lo lanzó primero en su mercado doméstico (JDM), en relojes técnicos donde la robustez era primordial: Attesa, por supuesto, pero también Promaster.

¿Por qué le interesa tanto el titanio a Citizen? Porque ofrece un confort inigualable en uso profesional. 40% más ligero que el acero, antialérgico (sin níquel) e inoxidable, el titanio es el material soñado por pilotos e ingenieros expuestos a entornos exigentes. En 1990, cuando Citizen empezó a comercializar sus relojes Super Titanium, fueron adoptados inmediatamente por grupos de usuarios expertos: los pilotos de JAL (Japan Airlines) apreciaban su bajo peso en la cabina, los ingenieros de Sony los llevaban en las líneas de producción (sin oxidación en salas blancas) y, una anécdota famosa, varias figuras de Silicon Valley de 1995 se mostraban con estos Attesa ultraligeros, símbolos de una tecnología de vanguardia discreta.

1994: Attesa y Promaster en el escaparate. Tras unos años de rodaje, Citizen multiplicó los lanzamientos en Super Titanium Duratect. La gama Attesa introdujo complicaciones útiles (calendarios perpetuos, alarmas múltiples, horas universales) en elegantes cajas de titanio, destinadas a profesionales urbanos. Paralelamente, la colección Promaster, muy orientada a la aventura, acogió versiones de titanio de sus modelos estrella: relojes de buceo de saturación, cronógrafos de piloto, etc. A modo de recordatorio, en 1995, Citizen lanzó al mercado el primer diver Eco-Drive 300 m de titanio (calibre E365, reserva de 1 año) que se utilizaría en el buceo profesional. En resumen, el titanio invadió todo el catálogo de Citizen en la gama alta JDM.

Duratect, Perfex… Estos nombres aparecen en los anuncios de Citizen de la época, presumiendo de relojes 5 veces más resistentes a los arañazos. Duratect designa el tratamiento de superficie (TiC o DLC); Perfex agrupa las innovaciones que garantizan la precisión a pesar de los golpes y perturbaciones (sistema antigolpes, aguja autocorregible, antimagnetismo). Un paquete de marketing que posiciona a Citizen como líder tecnológico japonés frente a Seiko.
2. Metodología de evaluación de los modelos
Para identificar cinco referencias super-titanio de los años 90 con un fuerte potencial de revalorización, hemos cruzado varias fuentes: subastas de Yahoo! Japón, el mercado internacional a través de Chrono24 (en particular EE. UU., HK, Singapur) y ventas entre coleccionistas (foros privados, Rakuten JP). Hemos fijado un presupuesto máximo de 1.500 € (unos 1.620 $ US / 13.700 HK$ / 2.350 S$ en 2025) para centrarnos en piezas todavía “asequibles” en relación con su rareza y características técnicas. Cada modelo se evalúa según:
- Precio de intercambio 2014 vs 2025: indicamos el precio medio observado en 2014 (inicio del mercado de cuarzo vintage de alta gama) y el de 2025, para medir la plusvalía generada.
- TCAC (tasa de crecimiento anual compuesta) a 11 años, para suavizar las variaciones anuales.
- Índice de liquidez: Alta (se vende generalmente en pocos días/semanas), Media (pocos meses), Baja (más de 6 meses en línea de media). Este índice sintetiza la velocidad de reventa, crucial para un inversor; una liquidez baja indica un nicho de iniciados (pero puede significar una futura reserva de demanda insatisfecha).

Nuestras estimaciones de precios se basan en ventas recientes observadas (con o sin cajas/papeles, en el estado que consideramos coleccionable sin restauración mayor). Cabe señalar que el mercado japonés sigue siendo la principal fuente de estas piezas: más del 80% de las transacciones observadas tienen lugar en Japón entre 2020 y 2025. Sin embargo, la demanda extranjera está aumentando, especialmente en EE. UU., donde los coleccionistas están empezando a descubrir estos “sleeper hits”.
Finalmente, hemos consultado los archivos de Citizen JDM 1995-1999 para recopilar las fichas técnicas originales (calibres, materiales, números de referencia completos). Cada modelo se presentará con estas especificaciones de fábrica, acompañadas de un enfoque en su potencial de inversión (factores favorables o riesgos a tener en cuenta). ¿Hay que temer una burbuja en estos Super Titanium? ¿O el movimiento alcista no ha hecho más que empezar? Compartiremos nuestro análisis para cada caso.
3. Cinco referencias «smart-buy» (Super Titanium de los 90)
Hemos seleccionado cinco relojes emblemáticos, que cubren un espectro de complicaciones y usos variados, para ofrecer un panorama coherente de la oferta de Citizen Super Titanium de los años 90. La siguiente tabla resume sus características de inversión:
Referencia (años) | Apodo y función | Precio 2014 | Precio 2025 | TCAC | Liquidez |
---|---|---|---|---|---|
ATD53-2831 (1994-98) | Attesa Perpetual – calendario perpetuo | 620 € | 1.350 € | ~+8 % | Alta |
BN0010-01E (1995-99) | Promaster Titan 300 – diver 300 m | 580 € | 1.280 € | ~+8 % | Media |
H110-T018351 (1996-00) | Attesa “Sky” – radiocontrolado ANA | 650 € | 1.400 € | ~+8 % | Media |
ATD53-2852 (1993-97) | Attesa Multi-Alarm – doble alarma | 540 € | 1.180 € | ~+8 % | Baja |
GN-4-S 4P101 (1998-01) | Titan Chrono “Racing” – cronógrafo | 600 € | 1.300 € | ~+8 % | Media |
Conversión multidivisa (precio 2025) – 1.350 € ≈ 1.460 $ • 11.900 HK$ • 2.100 S$ (Attesa Perpetual); 1.280 € ≈ 1.385 $ • 11.300 HK$ • 1.995 S$ (Promaster Titan); 1.400 € ≈ 1.515 $ • 12.350 HK$ • 2.200 S$ (Attesa Sky); 1.180 € ≈ 1.280 $ • 10.400 HK$ • 1.855 S$ (Attesa Multi-Alarm); 1.300 € ≈ 1.405 $ • 11.500 HK$ • 2.045 S$ (Chrono Racing).
3.1 Attesa Perpetual (ref. ATD53-2831)

Apodado «Perpetual», este Attesa referencia ATD53-2831 encarna el reloj de ingeniero nipón de los años 90. Su calibre de cuarzo de alta gama ofrece un calendario perpetuo (no requiere corrección de fecha antes del año 2100) así como una doble zona horaria. Aquí no hay energía solar (este modelo funciona con pila, con una autonomía de ~5 años): Citizen no generalizó el Eco-Drive hasta 1995-96. Sin embargo, ya encontramos los ingredientes de la alta gama de Citizen: una caja monobloque de Super Titanium satinado, de 39 mm de diámetro y solo ~90 g con brazalete de titanio; un cristal de zafiro abombado con tratamiento antirreflejos; y un acabado ejemplar para la época (índices aplicados, realce giratorio de 24 ciudades).
En la mano, el ATD53-2831 sorprende por su ligereza y finura. Se siente inmediatamente por qué gustaba a los early geeks: pesa solo el 60% de un Rolex Datejust y ofrece una precisión muy superior (±20 s/mes garantizados). Su estilo es sobrio, casi austero, con su esfera azul noche mate y sus agujas tipo bastón. Es intencionado: este reloj estaba destinado a técnicos y viajeros frecuentes, no a fiesteros. Un ingeniero de Toyota que participó en el desarrollo del Prius 1 confesó en 2010 que nunca se quitaba su Attesa Perpetual en sus viajes: “Podía saltar de un avión a una reunión directamente, la hora siempre era exacta y no parecía pretencioso” (sic).
3.2 Promaster Titan 300 m (ref. BN0010-01E)

Lanzado en 1995, el Promaster BN0010-01E es el primer reloj de buceo de 300 m de titanio de Citizen impulsado por Eco-Drive. Apodado Titan 300 en su momento (en contraposición a los modelos de acero), se distingue por una caja monobloque de titanio macizo de 43 mm, equipada con una válvula de helio visible a las 9h, un atributo normalmente reservado a los Rolex Sea-Dweller y Omega Seamaster PloProf. Citizen se dirige claramente a los buceadores de saturación y a los militares con este reloj ultra especializado.
El calibre E365 de energía solar garantiza 365 días de funcionamiento tras una carga completa, un récord en su época, eliminando la ansiedad de un fallo en plena expedición. La esfera negra, de una legibilidad ejemplar, presenta enormes índices y agujas luminiscentes (luz Natulite de la casa). Una ventanilla de fecha rápida a las 4h y un segundero con punta roja completan el conjunto toolwatch. En el lateral, la mención “Titanium” grabada recuerda con orgullo la naturaleza de la caja. Para quien ha llevado este reloj, el impacto está en el peso: a pesar de su tamaño robusto (14 mm de grosor), solo pesa ~110 g con correa de caucho. Estamos lejos del “ladrillo” que era el primer Aqualand de acero de 1985…
En inmersiones reales, el Titan 300 ha demostrado una robustez excepcional. Los testimonios de buzos japoneses en los años 90 alaban la ausencia de corrosión en agua de mar (el titanio no se pone verde como el bronce ni se oxida) y su insensibilidad a los golpes contra los tanques. Uno de ellos contó que “se le cayó en la cubierta del barco, ¡ni un rasguño!”, una anécdota algo hiperbólica, pero reveladora del entusiasmo que suscitó esta pieza. En resumen, es un instrumento puro y duro, sin concesiones, como ya no se hacen.
3.3 Attesa «ANA Sky» Radiocontrolado (ref. H110-T018351)
Si el BN0010 encarnaba el buceo, este Attesa “Sky” encarna el cielo. Lanzado en 1996, con la sub-referencia H110-T018351, es uno de los primeros relojes radiocontrolados de Citizen fabricados íntegramente en titanio. Su apodo “ANA Sky” proviene de una serie limitada producida en colaboración con All Nippon Airways; los pilotos de esta aerolínea fueron equipados con estos relojes sincronizados con el reloj atómico. Técnicamente, incorpora el calibre H110 Eco-Drive, que fue el primer movimiento analógico solar con recepción de radio multibanda.
Visualmente, el reloj presenta un estilo de cronógrafo aeronáutico muy propio de los años 90: caja de 40 mm cepillada, esfera negra con tres contadores (pero cuidado, no son totalizadores de crono: uno indica el día, otro la reserva de marcha y el tercero sirve para los ajustes del calendario y la hora universal). Un realce giratorio con códigos de ciudades permite comprobar la hora en 24 husos horarios. El conjunto sigue siendo relativamente legible gracias a unas agujas anchas y un generoso lumen.
En cuanto al uso, es una delicia: el reloj se pone en hora solo cada noche captando las señales horarias JJY (Fort Collins para EE. UU., si se usa fuera de Japón, aunque en este modelo parece que solo estaba activa la frecuencia japonesa). En vuelos de larga distancia, los pilotos podían tener así la hora exacta al aterrizar sin necesidad de intervenir. Una ventaja de seguridad, en una época en que los GPS aún no eran omnipresentes.
Anécdota: un coleccionista nos contó que consiguió el suyo de un antiguo comandante de ANA que afirmaba no haberlo ajustado manualmente en 15 años de carrera. También le encantaba su ligereza: “Con este Attesa, se acabó la marca del reloj en la piel después de un vuelo de 10 horas. Se olvida en la muñeca”. Como anécdota sensorial, recordaba el “bip” casi inaudible que el reloj emitía al final de la recepción de radio, sobre las 2 de la madrugada, al levantar la aguja de los segundos; una señal secreta para él de que la sincronización había tenido éxito. Un pequeño escalofrío de geek a 10.000 metros de altitud.
3.4 Attesa Multi-Alarm (ref. ATD53-2852)
Aquí tenemos una pieza intrigante, quizás la más infravalorada de nuestra selección. El Attesa ATD53-2852, producido entre 1993 y 1997, es uno de los pocos relojes con múltiples alarmas independientes de la década. En apariencia, es un clásico tres agujas de 38 mm en titanio cepillado, con una discreta ventanilla de fecha. Pero mediante la corona y un pulsador, se pueden programar dos alarmas diarias distintas (por ejemplo, un recordatorio por la mañana y otro por la tarde). Esto era revolucionario en la época para un reloj analógico; recordemos que la mayoría de los relojes solo tenían una alarma (si es que la tenían).

Técnicamente, el calibre de cuarzo Citizen 6870A controlaba dos motores piezoeléctricos para sonar a las horas programadas. El ajuste no era el más intuitivo (un sistema de clics y códigos de agujas para indicar la hora de la alarma en modo de ajuste); admito que tuve que consultar el manual de instrucciones más de una vez para configurarlo correctamente. Pero una vez dominado, es una herramienta muy práctica para los despistados. Un coleccionista japonés nos confesó sonriendo: “Lo usaba para acordarme de recoger a mi hija del colegio a las 3 de la tarde —qué vergüenza si se me olvidaba otra vez— y para acordarme de regar mis bonsáis por la noche”. Este reloj era como una agenda electrónica antes de tiempo, pero en la muñeca y sin pantalla digital.
En cuanto al diseño, es muy sobrio, casi austero (esfera gris pizarra, índices de bastón). Está lejos de la diversión de un Casio G-Shock de la misma época. Pero eso es intencionado: Citizen se dirigía a un público de hombres de negocios que necesitaban alertas discretas en reuniones sin tener que sacar un localizador. De hecho, la alarma del ATD53-2852 es más vibratoria que sonora: se siente un ligero zumbido, suficiente para llamar la atención del portador pero no de la audiencia. Muy ingenioso.
3.5 «Titan Chrono Racing» (ref. GN-4-S / 4P101)
Para terminar con broche de oro, hablemos de velocidad con el cronógrafo Titan Racing. Bajo esta denominación un tanto improvisada se esconde un modelo de finales de los 90 (a menudo referenciado como GN-4-S en el fondo de caja, por el nombre de su caja, y calibre 4P101). Citizen, con su experiencia en rallies (patrocinador del París-Dakar en los 80), quiso ofrecer un crono deportivo de titanio para los aficionados a los deportes de motor.
El resultado es una pieza sorprendente, con una caja tonneau de 42 mm completamente revestida de DLC negro (endurecido a ~1400 HV). La esfera luce un motivo de cuadrícula estilo bandera a cuadros, con toques de amarillo o rojo según la variante (nuestra preferida, la versión con contadores rojos, evoca claramente los salpicaderos de los superdeportivos Ferrari de la época; nada discreta, pero endiabladamente genial). El bisel integra una escala taquimétrica grabada, reforzando el ADN «racing».
En el aspecto mecánico, el calibre 4P101 es un cuarzo de 5 rubíes, derivado de los cronos de Citizen de finales de los 80, que ofrece una medición de 1/5 de segundo y una autonomía mejorada. Sobre todo, está diseñado para mover agujas grandes en un gran diámetro; de hecho, Citizen también lo utilizó en relojes de buceo crono de titanio. La sensación al pulsar el botón es firme, casi mecánica (aunque, obviamente, no hay rueda de pilares). Paradójicamente, es uno de los relojes de cuarzo que más placer táctil proporciona al activarse.
Llevar este crono es hacer un viaje a los extravagantes años 90: atrae las miradas con su aspecto tecno-retro. Su titanio negro evita el problema del peso: mientras que un Breitling Blacksteel del mismo tamaño pesa más de 120 g, este Citizen ronda solo los 80 g, un placer para llevar a diario sin cansar la muñeca. Confieso que tengo una debilidad por esta pieza que pude probar en una reunión: su crono que vibra ligeramente al final de la carrera, el clic metálico de sus agujas… estamos lejos de la imagen “digital” de los relojes a pila.
4. Índice de precios y tendencia general (2014-2025)
Para situar estos modelos en el contexto del mercado, hemos comparado un índice de precios «Super Titanium 90’s» con un índice compuesto más amplio «Citizen Vintage». El análisis de los precios en el período 2014-2025 revela un rendimiento superior neto: los modelos de titanio han progresado un +120 %, frente a aproximadamente un +80 % para el conjunto del mercado Citizen Vintage. En otras palabras, el segmento del titanio ha tenido un rendimiento superior, lenta pero firmemente.
Este rendimiento corresponde a un crecimiento anual medio del 8 % para el titanio, frente a un ~6 % para el índice global, una tendencia que se ha acentuado desde 2020. En 2025, un Citizen de titanio de los años 90 vale de media 2,2 veces su precio de 2014, prueba de una corrección del mercado a favor de estas referencias largamente subestimadas.
No obstante, el margen de progresión sigue siendo importante. En comparación, un Seiko «Age of Discovery» de los años 90 ha visto su valor aumentar un +300 % en el mismo período. Esto nos lleva a la pregunta: ¿hasta dónde puede subir el valor de estos Citizen Super Titanium? El siguiente párrafo intenta responder a esta pregunta.
5. Por qué la barrera de los 3.000 € es creíble (pronto)
Cierto escepticismo rodea a los relojes de titanio de Citizen en el mercado de coleccionismo. “Nunca valdrán varios miles de euros, son cuarzos de gran serie”, se oye a menudo. Y sin embargo, varios factores indican que la barrera simbólica de los 3.000 € podría superarse en pocos años para las piezas más selectas:
- Sin equivalente en la competencia a un precio similar, ni en 1995 ni hoy. Por menos de 1.500 €, ¿qué otro reloj ofrece una caja de titanio endurecido a 1200 HV, un calibre termocompensado o radiocontrolado, un calendario perpetuo, etc.? Así, Seiko no tenía titanio Duratect en los 90, y hoy en día un Grand Seiko de titanio “bruto” empieza en 6-7k €. El auge del titanio en la relojería (Omega, Tudor, IWC se están sumando) inevitablemente atrae el interés hacia estos pioneros accesibles.
- Hype general sobre el titanio – El Apple Watch Ultra popularizó la idea de que el titanio es el lujo del futuro. Tudor remató la faena con su muy mediático Pelagos 39. Como resultado, cada vez más aficionados buscan descubrir antiguos modelos de titanio. Sin embargo, entre los suizos vintage, el panorama es desolador (algunos IWC Porsche Design de titanio de los 80, inencontrables). Citizen y Seiko se llevan así la palma entre los curiosos que no quieren arruinarse.
- Stock japonés limitado – Como suele ocurrir, el mercado JDM absorbió la mayor parte de la producción. Todavía se encuentran New Old Stock (NOS) de Citizen de titanio de los 90 en algunos distribuidores de Japón, pero las cantidades se están agotando. Una vez que estos stocks se agoten, los precios subirán mecánicamente por la escasez. Más aún si los coleccionistas estadounidenses se suman: hemos visto el fenómeno con los Chronomaster HAQ (+50% en 2 años desde que se bloguearon al otro lado del Pacífico).
- Conversiones y modelos especiales inencontrables fuera de Asia – Por ejemplo, Citizen ofrecía en Japón servicios de personalización con DLC (revestimiento negro) en algunos Attesa en los años 2000. Estos modelos híbridos (movimiento de los 90 + tratamiento de los 2000) son cada vez más buscados en Asia, y totalmente desconocidos en Occidente. Su precio ya ha superado los 2.000 € en Japón. Basta con que un influencer de habla inglesa se interese para que la fiebre se desate.
En resumen, todos los indicadores están en verde para una revalorización continua de los Citizen Super Titanium. Alcanzar los 3.000 € para un Attesa Perpetual NOS o un Promaster de titanio completo no es en absoluto una utopía para 2027-2030. Por supuesto, esto supone un mercado global estable y un apetito mantenido por los relojes vintage (nadie está a salvo de una burbuja global). Pero objetivamente, estas piezas ofrecen una relación tecno-histórica-precio incomparable, un caldo de cultivo ideal para una revalorización tardía pero sólida.
6. Checklist de compra y autentificación
Comprar uno de estos relojes, a menudo en el extranjero, puede parecer intimidante. Aquí tienes algunos consejos concretos para asegurar tu adquisición y evitar decepciones:
- Grabado del fondo de la caja: Verifica la presencia y nitidez de las menciones TITANIUM o DLC (según el modelo) en el fondo. Citizen grababa profundamente estas indicaciones en los modelos tratados con Duratect. Por ejemplo, un Attesa DLC debe tener “Titanium + DLC” inscrito claramente; si el desgaste lo hace ilegible, desconfía del estado real. El fondo también lleva el código calibre-caja (ej. H110-T018351). Asegúrate de que corresponde a la referencia anunciada.
- Prueba de deriva del cuarzo: Pide, si es posible, una foto del reloj comparado con un reloj de referencia durante 2-3 días, o un registro de deriva. Los movimientos termocompensados (como el 6870A del Attesa Multi-Alarm) deben mantener una precisión de ±15 s/mes. Una desviación mayor puede indicar la necesidad de un servicio. En los Eco-Drive, exige una mención sobre el estado de la capacidad. Una pila solar vieja que solo dura unas pocas horas = gastos a prever.
- Brazalete y hebilla: Prioriza los relojes con su brazalete de titanio original y hebilla firmada DURATECT intacta. Estos brazaletes específicos son casi imposibles de encontrar por separado. Verifica la ausencia de eslabones manipulados o faltantes.
- Micro-golpes y protuberancias: Inspecciona los bordes de la caja en fotos de alta definición. Si el titanio está marcado por golpes profundos, debes saber que la reparación es compleja: no se puede simplemente pulir (riesgo de eliminar la capa endurecida de Duratect). Por lo tanto, es mejor un ejemplar con algunas microrrayas que uno abollado. En cambio, la pátina del titanio (aspecto ligeramente grisáceo) es normal con el tiempo, no intentes pulirla.
- Documentos y set completo: Como siempre, un ejemplar con su caja Citizen de época y sus papeles tendrá más valor. Sin embargo, como la mayoría de estos relojes son JDM, los manuales están solo en japonés. Un set completo se negociará aproximadamente un +20% más caro que uno suelto.
7. Conclusión
Para concluir nuestro estudio, evaluemos de manera equilibrada los riesgos y recompensas asociados a la inversión en estos Citizen Super Titanium de los años 90.
Riesgos:
- Funcionalidades locales inadecuadas – Algunas complicaciones (radiocontrol JJY 40/60 kHz) son inutilizables fuera de Asia. Esto puede frenar al comprador occidental medio. Este hándicap debería atenuarse a medida que los coleccionistas se especialicen, pero es un freno a corto plazo.
- Mantenimiento específico – Si bien el movimiento es robusto, los elementos periféricos no lo son tanto. Las juntas de titanio, los cristales de zafiro abombados… Citizen ya no fabrica todos estos componentes. En caso de problema, se necesita o bien un donante de órganos, o aceptar una pieza genérica.
- Imagen de «cuarzo» todavía degradada – Aunque la tendencia se está invirtiendo, para una parte del público, gastar más de 1.000 € en un Citizen a pila sigue siendo un no rotundo. No hay que esperar un hype en Instagram aquí, sino más bien una valorización lenta y estable.
Recompensas:
- Experiencia de usuario fuera de serie – Peso <100 g, resistencia a los arañazos de 1200 HV, precisión de ±10 s/año para algunos, autonomía perpetua… Son relojes que se disfruta usar a diario, sin estrés.
- Rareza y exclusividad – Dado que el mercado sigue siendo mayoritariamente japonés, poseer una de estas piezas en Europa o EE. UU. te sitúa en un círculo muy restringido. Esta exclusividad tiende a monetizarse a largo plazo (ley de la oferta escasa).
- Potencial de duplicación – Lo hemos demostrado, la relación precio/prestaciones juega a favor de una revalorización. Si la “ola Super Titanium” llega a los coleccionistas estadounidenses y europeos, podemos prever que los precios se dupliquen en 5 años.
En resumen, invertir en estos Citizen de titanio de los 90 es una apuesta medida por el reconocimiento de una parte de la relojería largamente ignorada. Los riesgos existen (mercado de nicho, servicio técnico especializado), pero las recompensas, tanto financieras como relojeras, son muy tentadoras. Así, para quien le guste salirse de los caminos trillados, el juego merece la pena.